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¿Qué es para ti la Terapia Neural?

Dr. med. Ferdinand Huneke:
“Terapia Neural es un todo: o se la comprende y acata, o se la deja tranquila. Con limosnas que nada significan y las que a legiones de pacientes de nada le sirven; las migajas que se caen de la mesa del materialismo no pueden sostener en vida el nuevo arte de curar. Todo esto no lo pueden ver los ojos muertos de la ciencia, y es por ello que hay una crisis en la medicina que tampoco ven, pues se ha perdido allí el contacto con lo vivo. La ciencia cabalga con sus resultados exactos sobre un caballo muerto. Arte de curar sólo hay en lo viviente. El organismo enfermo mismo es el que le ofrece al médico el caballo vivo para su correspondiente uso y artístico manejo. El caballo se denomina simpático y sólo como caballero de este potro llega el médico a la meta, a ésa que es su deber: !CURAR!

¿Cómo nació la Terapia Neural?

Corresponde en nuestro campo del arte de curar a aquella casual experiencia que hice con mi hermana. Tratando de ayudarla en una fuerte migraña le inyecté equivocadamente Atophanyl por vía endovenosa, ya que este medicamento contiene Novocaína, estipula su aplicación intramuscular. En aquella época hice la extraña observación de que esta fuerte y persistente migraña desapareció delante de mis ojos y después de repetir la misma inyección a la mañana siguiente no volvió. Hubiese podido echarme a perder la observación como lo hacen los odontólogos abriéndole campo a la acción de la sugestión. Pero a mi no me cabía en la cabeza la idea de haber desarrollado fuerzas sugestivas tan poderosas frente a mi hermanita mayor(Kathy) quien no sólo había sido maestra de escuela, o sea dura de pelar, sino que había permanecido inmutable ante el intento que algunas capacidades médicas ya habían hecho por curarla. Claro que hasta cierto punto se necesitaba nacer revolucionario.- De mi padre heredé su insobornable amor por la verdad y la independencia en el pensar, y de mi madre profundamente creyente el olfato para lo inexplicable. En alianza con mi hermano Walter, quien hoy ejerce la medicina en Stuttgart Bad Cannstatt, corroboramos la equivocación con la Novocaína. También pudimos aclarar que no era solo el  Atophanyl el que producía semejantes fenómenos, sino que el principio curativo se daba con la Novocaína.

Quien se halle aprisionado en la mecánica mental de una metodología exacta, creerá que con el suministro intravenoso de la correspondiente cantidad de Novocaína o Impletol (que como sustancia más activa empleamos desde 1.926) se puede curar cualquier migraña. La realidad le enseñará muy pronto que no es así. El experimento en mi hermana no enseña otra cosa que «en esa migraña de mi hermana» condujo a curación. Ya que este experimento en el sentido de la ciencia exacta no se puede generalizar, habrá que colegir que tanto la migraña como el ser humano no corresponden a las condiciones exactas de la ciencia que hace los experimentos físicos. Es deber del médico someterse a la realidad viviente y penetrar sensorialmente en sus leyes especiales. No es posible exigirle a lo viviente que se subordine a nuestro antojo estadístico. La palabra arte de curar significa que aquí las leyes de la estadística nada valen; ni siquiera las de la probabilidad de la física quántica. En todo el maremagno de leyes físicas falta el término de lo viviente como algo esencialmente inherente.

De seguro que nosotros no hubiéramos pasado de nuestra primera observación con la hermana, si no la hubiésemos tenido día y noche cual constante interrogante delante de nuestros ojos. Una vez reconocida la Novocaína como el principio activo, fue natural que nos imagináramos que la causa de este extraño fenómeno curativo radicaba en la prohibida aplicación intravenosa del medicamento. Al principio no nos podíamos explicar cómo es que en decenios de uso de cirugía, no había sido observado ni un sólo fenómeno  curativo.- Por lo que se ve que en lo que  a esto respecta los cirujanos no son más felices  que los dentistas.

¿De donde viene el nombre de Terapia Neural?

Ferdinand: «El nombre proviene de KIBLER. Desde mi primer fenómeno en segundos en 1.940, ha recibido la  «Terapia Neural»  la denominación – me parece igualmente feliz por lo acertada y ella se la debemos a KIBLER V. ROQUES (traductor de la obra de Speransky: «Una Teoría de la Medicina Actual», acuñó el término de Terapia Neural para reemplazar el que se venía utilizando que era el de «Anestesia Curativa»)».

¿Cómo fue descubierto el «Fenómeno en Segundos»?

Dr. med. Ferdinand Huneke:
«La primera observación curativa en mi hermana fue el fundamento de la Terapia Neural de 1.925 a 1.940. En todos aquellos años sólo conocíamos aquello que hoy llamamos terapia segmental. En el año de 1.940 hice otra observación fundamental posterior, la que bajo el nombre de «fenómeno en segundos» tuvo entrada en la literatura. Esta denominación ha sido a menudo mal interpretada y no es por lo tanto muy acertada. Pero ya que en la Terapia Neural sólo se logra maestría después de la más intensiva ocupación con la esencia misma del suceso, no viene a ser esto de demasiada importancia para la práctica. Cuando logremos introducirnos en ella será muy fácil distinguir entre terapia segmental y fenómeno en segundos, y si es que nuestra manera de enterarnos es superficial, entonces se efectúan ambos fenómenos puesto que se trata de procesos en una estructura eléctrica. Ambos fenómenos poseen diferencias características que trataremos en los próximos capítulos. El sistema vegetativo es el conductor de la mayoría de los procesos curativos y el principalísimo portador de lo viviente. Es uno de los deberes de este libro el probar la importancia central del sistema nervioso vegetativo, en lo que respecta a los procesos curativos de la totalidad de los procesos patológicos. La prueba se hace a través de los correspondientes experimentos curativos.

¿Cuál es la definición de Campo Interferente y de dónde viene el nombre?

Dr. med. Ferdinand Huneke:

…son cambios eléctricos estructurales en la neurona correspondiente, es lo que llevó a SCHEIDT, de Hamburgo, acuñar el término de «campo interferente».

«sondern elektrische Strukturänderungen im zugeordneten Neuron, zur Schaffung des Begriffes «Störungsfeld» durch Scheid, de Hamburg».

¿Cómo descubriste el Campo de Interferencia?

Ferdinand: Un buen día, en el año de 1.940, me dio una manito una observación ocasional. La hermana de un ingeniero de Bochum, a quien pude curarle su pérdida de gusto y de olfato, sufría de una artritis dolorosísima de la cápsula articular del hombro izquierdo. Por más de medio año había sido sometida en una excelente clínica de Breslau a toda clase de tratamientos especiales y generales. etc., Inyecciones, dieta, masaje, diatermia, irradiaciones, etc., nada le sirvió. También se había pensado en un foco y se extirparon las amígdalas y se extrajeron dientes sin éxito alguno. Pero ya que los fuertes dolores por lo poco comunes no permitían una resignación, se empieza acariciar la idea de amputarle la pierna derecha en cuyo peroné hacía treinta años se le había efectuado por osteomielitis una intervención quirúrgica. Después de la operación hubo mejoría por muchos años. Pero en los últimos cinco años apareció cada año por un corto tiempo una irritación en el terreno de aquélla operación. Por lo general bastaban unos días de cuidado con la pierna alzada y paños húmedos para detener el proceso inflamatorio. El fracaso de toda terapia para gobernar el terrible dolor del hombro fue lo que en Breslau les hizo pensar que en este peroné operado se hallaba posiblemente el foco esparcidor desde el cual se alimentaba la enfermedad del hombro.

 

Le inyecté pues el Impletol en la vena, en la articulación periostal y alrededor de la misma, en el ganglio estrellado y en el nicho de las amígdalas, sin que apareciese el más leve cambio en los dolores. Por esta razón me negué a seguir con el tratamiento. Respecto a las posibilidades curativas de una amputación, me declaré incompetente para dictaminar. Felizmente no se llegó a eso.

 

Pasados quince días apareció la paciente otra vez en mi consulta, me mostró su pierna en estado ligeramente inflamado, y me preguntó si yo podía por lo menos ponerle orden a esa situación. Este ya era otro cantar. Se trataba de curar segmentalmente la profunda inflamación de la tibia o peroné. Con este propósito hice cinco o seis pápulas en la vieja cicatriz de la operación. Cuando la paciente se incorporó estaba el hombro del lado opuesto totalmente libre de dolores y pleno de movimiento. Esta era una observación tan extraña, tan salida del marco de toda posibilidad del pensar reinante, que muy bien se puede entender si ante «esto» incluso investigadores de amplio criterio se auto-engañaban ellos mismo con la frase «sugestión»; pero si es así, por qué no actuó en forma sugestiva la inyección en el ganglio estrellado, la que, a fuera de ser más impresionante, se le hizo a la paciente en un momento en que estaba llena de esperanza en que yo le podía ayudar, así como le ayudé a su hermano? Muy por el contrario, ya le había explicado claramente que después de los fracasos obtenidos con la terapia hecha en y sobre el segmento no tenía para que regresar pues no era yo quien le podría ayudar. Tanto la enferma como yo mismo esperábamos de este nuevo intento una erradicación de la inflamación crónica y recidivante de la fíbula operada

 

Queda en todo caso muy claro el hecho de que no podía hacerme de la vista gorda ante la inmediata y total eliminación de los intensos dolores de la articulación del hombro.

La acción lejana observada no podría ser explicada como efecto segmental.- ¡Imposible! Como efecto segmental obtuvimos que la inflamación fibular (con dolor tipo alfiler), no apareció más en los años siguientes. Mi amigo, el dentista Herbert FISCHER, de Karlsruhe, llamó esta observación «la hora estelar de la medicina» y yo creo que  con esta frase, tenía razón. En aquélla época estaba ante algo increíble pero el hecho mismo no podía ser negado. Cité a la paciente, del hombro seguía libre y sin dolores. Este fue mi primer «fenómeno en segundos». La observación me revolcó en lo más profundo e interno de mi ser. Aún recuerdo que trepado en una bicicleta pedaleé hacia regiones montañosas con el ánimo de que el esfuerzo físico le devolviese la calma a mi alma. Lo vivido rondaba constantemente en mi cerebro. En una pedaleada semejante se me vino la idea de que aquí se lograba por primera vez establecer la relación por comprobación conservativa que existe entre el foco y las enfermedades que de él se derivan. Para mi estaba claro que yo me hallaba ante un reconocimiento fundamental y que en forma análoga sería posible corroborar y comprobar tales correlaciones en cada foco.

Algo más nos enseñó el primer fenómeno en segundos. Sólo el primer tratamiento condujo a la curación permanente de la articulación del hombro. Este resultado del primer experimento no es de ninguna manera regla fija! De muchos miles de fenómenos en segundos respecto del factor tiempo, hemos sacado en deducción la siguiente experiencia: nosotros exigimos una liberación total de síntomas (del 100%) de por lo menos veinte horas y aún en este caso solo obtiene validez el fenómeno en segundos cuando su repetición también cumple con este mínimo de tiempo. La única excepción la constituye el campo interferente dental en el que ocho horas bastan para aceptar que sí se trata de un genuino fenómeno en segundos.

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